Eduardo Martinez
Miro por la ventana y veo, solo, a
los faltos de todo, como yo.
Sentado (siempre) bajo una luna
nueva, siento a un niño llorando
dentro de mí. No sé por qué llora…
no sé por qué… pero no encuentra consuelo.
Pero nadie lo consuela…
Y estos imprecisos dolores.
Estos imprecisos dolores…
No hay comentarios:
Publicar un comentario