Eduardo Martinez
Tu sombra azul.
Tu
mirada gris tristeza…
Tristeza que no se va al sótano.
No entra tanta soledad en este folio indolente…
Honda
infelicidad.
Y esta soledad perenne, indisoluble, me dice que ya no eres
mi amor; la nueva
esperanza de alguien a lo mejor…
¿Cuándo
abrí la ventana?
¿Ayer, hoy,
hace unos días?
Llama a mi puerta, un día más, este inconmovible otoño.
-tu
aroma entre el viento-
Sucede entonces sangre en cada noche de piedra. En cada
noche todas tus miradas,
besos, sonrisas… Dolor. El dolor.
Triste como una cena de geriátrico, me lleno de lágrimas.
La luz distinta. Opaca.
Lleno de vacío también. Incomprensible el mundo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario