Lucía Pravia
De anglicismos y tendencias…
(Uy, perdón, que ahora se dice trend.)
“Selfie”, ahora, en vez de
autorretrato hay que decir “selfie”… O no estás a la última.
Ya me parece el colmo del anglicismo.
Precisamente hace unos días comentaba que ya no se puede decir marica, que
estás insultando. Si dices homosexual eres un prepotente o un finolis. Pero si
dices “Gay” estás en la onda. Eres “cool”, o genial, como se dice en mi pueblo.
Y dos o tres días después dicen en el telediario que se ha encontrado el primer
“selfie” documentado históricamente, es decir, la primera foto que unos tíos se
hicieron a sí mismos.
No tengo nada en contra del inglés
como idioma, que de hecho me gusta y en el cual me defiendo, ni mucho menos en
contra de todos aquellos que lo tienen como lengua materna. Pero no soporto
cómo nos invaden en nuestra propia lengua, como en tantas otras cosas… y cómo
nos dejamos invadir.
Si no sigues el “top trend”, o lo que
es lo mismo, la tendencia en tweeter, no te enteras. El PC, en cristiano
ordenador, son las siglas de “Personal Computer”. Y ya si nos metemos en el
lenguaje informático o en el de las redes sociales tendríamos para una novela
de terror… Y si le sumamos el lenguaje de la publicidad como mínimo para
trilogía… Que si “vanish oxiaction”, “Mr. Propper”, “odorfresh”, incluso el
“fairy”, sí, el de toda la vida, es americano…
Y es que, si te paras a pensarlo,
¿cuántas palabras usamos ya en el vocabulario de andar por casa?
“Zapping”… Vale que fueran los
americanos los primeros en tener 800 canales, lógico que se lo inventaran
ellos.
“Loft”, lo que toda la vida fue un
estudio… “Freak”, “cupcake”, “shorts”, “muffins”… por si hay algún despistado
los “muffins” son las magdalenas, un poco más grandes, puede ser, pero
magdalenas al fin y al cabo.
Y los deportes… Baloncesto, el único
que se salva. Que el resto ya hasta lo adaptamos a nuestro idioma desde el
vocablo americano. Véase fútbol, voleibol…
Y “Overbooking” o “low cost”, para
los viajeros. Que toda la vida se dijo barato o de bajo coste. Pero lo que
tiene intríngulis es que las compañías de viaje te ofrezcan billetes de avión
para vuelos llenos pagando menos pero con el riesgo de que no cancele nadie y
te quedes en tierra. Y para disimular le ponen un nombre “cool”.
¿Hasta dónde vamos a dejar que nos
invadan también en nuestro idioma, riquísimo en vocabulario, pero maltratado
por todos y, más concretamente, por los jóvenes, con tantas contracciones y
faltas de ortografía que dañan a la vista en los extendidos SMS o actuales
“Whatsapps”?
Al paso que vamos no doblarán las
películas al español, total ya ni los títulos traducen, que es mucha molestia.
Aunque esto es otro debate, porque en realidad en la mayoría de los países
europeos ven las películas en versión original y, gracias a eso, les cuesta
menos y aprenden más idiomas.
En este nuestro queridísimo país hay
gente que pelea por defender el galego, la llíngua, el euskera o el catalá, y
no somos conscientes de que lo primero es defender el castellano.
Pero qué le vamos a hacer, si siempre
fuimos a la cola y no respetamos ni mucho menos defendemos lo nuestro.
Cualquier día nos calificarán de no “cools” y fuera del “top trend” y a tomar
viento.
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