Filadi Curto
No
sé cual es el motivo pero hoy estás anclado en mi cabeza, como antaño cuando me
levantaba pensando en ti y me acostaba de la misma manera. Añoro tu presencia.
Ya sé que siempre estas a mi lado, pero hoy necesito sentir tu aliento en mi
boca, tu piel en mi piel y tus palabras. Anhelo esa mirada cargada de reflejos
que hablan de pasión, de amor, de vida.
Hoy he corrido en busca del mar, me
frenó su frialdad, mientras su vaivén me
llamaba, me decía que tu estabas en otra orilla, que tus ojos se mezclaban con
los míos en el mismo horizonte, en el mismo agua. Mi corazón gritaba, sollozaba
sabiéndote tan cerca... y tan lejos...
El destino puso ese mar entre los
dos hace ya muchos años, un infinito que, pese a todo, nos ha unido durante tanto tiempo... Pero ya
no me basta, ya no es suficiente para mi, la vida ha pasado tan aprisa...
Los recuerdos tienen más fuerza que
mi ánimo, recuerdos de contactos insaciables, deseos de fundirme en tu piel y
no volver a separarme. De horas de charla interminable, donde tus palabras
complementaban las mías, donde sentía que había un solo pensamiento. Entre mis
neuronas veo un adiós que nunca quise decir, pero dije.
Ya no me sirve sentarme con una copa
en las manos y compartir como van nuestras vidas, hacía donde caminan nuestras
hijas o que nos inquieta del momento. Ni siquiera cuando me llamas para
arrancarme unas risas si intuyes que las cosas van mal, que la situación
aprieta mi garganta. Siempre me pregunto si acabaré aprendiendo, de una vez por
todas, a aceptar lo que llega cada día, como lo haces tu.
Sé que en esta situación siempre
gano, solo me das lo positivo, son tan distantes nuestros encuentros...
Hay tantas preguntas sin respuesta,
pero también tengo una certeza, que mi vida ha de terminar a tu lado.
Y ¿sabes? El final cada vez está más
cerca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario