Eduardo Martínez
Era un día de noviembre,
cuando tu recuerdo lo ocupó todo.
Cuando empecé a añorarte, incluso
antes
de oír cerrarse la puerta tras de ti.
“…
te escapas de mi vida, y desde entonces
solo sé decir tu nombre”.
Era un día de noviembre cuando tus
labios se perdieron en otros labios.
Fue un día de noviembre,
en pleno mes de julio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario