TRIPLE SPACE

DESCRIPCION


CAFE ENTRE LIBROS
ES UNA VENTANA AL MUNDO DONDE LOS AUTORES DEJAN SUS OBRAS CON EL FIN DE COMPARTIR CON TODO AQUEL QUE DESEE
VISITARNOS.

CAFÉ ENTRE LIBROS

CAFÉ ENTRE LIBROS

ULTIMAS PUBLICACIONES

Mientras estaba sola - Filadi Curto

Mientras estaba sola
Filadi Curto



 Plis, plas, cloc, pummmmmmmmmm...

– ¡Mierda! – grité mientras miraba el plato hecho añicos en el suelo.
– Iré a por la escoba. No, si parezco la Ratita Presumida, escoba en ristre todo el día, y para lo que se nota...
Mientras limpio los restos de aquel lejano regalo de boda, me surca una lágrima por la mejilla.
– Parece mentira, estoy en el mismo punto que mi madre, mi abuela, mi bisabuela...
– ¿Pero tu estás tonta o qué?
Miro alrededor sin entender muy bien si he oído algo o me he olvidado de que estaba acompañada.
– ¡Dios mío, si acabaré loca! Rematada, más bien.
De repente un pimiento se incorpora de un salto en el frutero, es un pimiento verde, de esos de temporada para freír, alargado y afilado en su extremo.
– No, no estas loca ¿o si? Da igual. Soy yo.
A mi de pronto me da un vahído.
– Será posible que ahora, de sopetón. No sólo oigo, sino que veo al pimiento hablar y gesticular. ¿Pero..., con que coño gesticula?
– El problema no es si hablo o no hablo, si me muevo o no, el problema son esos sollozos que te dan de vez en cuando. Estoy harto de pasarme la vida en ese frutero y ver como te preocupas por la rutina, por no hacer de tu vida lo que deseabas, por no ver progresos en las mujeres, por ser sólo una ama de casa y de ser, además, una mala ama de casa. Y de verdad, no es normal que yo viva en tu frutero, aquí perenne, un día o dos vale, pero un mes...
De pronto al sudor que se me estaba acumulando en todo el cuerpo se le suma un puyazo agudo en el corazón al oír las risitas de las naranjas, y ver como abren unos ojos enormes de color amarillo (que feos, ¡verdad?)
– Estoy mal, muy mal, terriblemente mal. Yo esto no se lo puedo contar a nadie porque me encierran.
– La verdad (dicen aquellas melindrosas con voz chillona), es que no sé si harás algo bien, pero en los dos meses que llevamos aquí nosotras ,hemos comprobado que para esto no vales, chica.
Sueltan todas al unísono una carcajada, y no sé que dolió más lo agudo de su sonido o lo certero del comentario.
– Pero bueno, céntrate mujer, céntrate.
Oigo decir en una esquina a una pelusa de cierto volumen.
– ¡Dios mío! – grito-- a mi me voy a morir hoy.
Era asquerosa, realmente asquerosa, tenía restos de todo, hilos de distintos colores, pelo rubio de Raquel, castaño de Ana y el cobrizo de bote de la narradora, que encima estaba recién teñida. Total, asquerosa, pero colorista, eso si.
– Trata de serenarte, esto es el estrés nada más. Te tomas una pastillita, te relajas un poco y todos estos entes que pululan por la cocina se volverán a su estado normal.
– ¡Eh, tu, cuidado con los insultos! Yo soy un pimiento y lo tengo muy claro. Cosa que tu no puedes decir.
– ¡Tranquilízate!, por favor, María céntrate, piensa en tus hijas, tu marido, tus hermanos, eso te ayudará.
La pelusilla se yergue.
– ¡Ja, que te lo crees tu! Pero no ves que el problema esta ahí. Piensa en..., y en..., y en... ¿Cuándo vas a pensar en ti?, en que no deseas seguir estando sola, en que te pesan demasiado los problemas que nadie quiere compartir, con la pobre excusa de no saber (disfrazando en realidad la pereza de hacerlo), y con la certeza de que tirarás de ellos porque si no lo haces te sentirás culpable una vez más. Esa losa de la culpabilidad por no tragar con todo, te enterrará, pero “ala “ tu feliz habrás hecho lo que se esperaba de ti y con eso compensarás la mitad de una vida perdida.

– Mira, la teoría ya me la conozco, pero dar una patada a tu vida no es tan fácil, y menos cuando ¡nunca has roto un plato!


1 comentario:

Unknown dijo...

..Hay quien se siente pimiento y pelusa, espurriéndose para jalear a mujeres-multitarea-cofres-de-tesoros dispersas...
En fin, centrémonos, todas.
Que aquí tamos solo un rato.