Eduardo Martínez
Este amor dislocado,
¿adónde me lleva?
Fin de la paz desapacible,
-oxímoron incongruente a todas luces-
sencillo cariño, como mis silencios,
apropiados, porque ya no hay nada importante.
Y aquí, ahora, en la postrera luz de la tarde,
-vanidosa, grandilocuente,
conocedora del día que da por terminado-
soy mártir de los recuerdos,
de lo que no volverá,
como este día que ya está en otro sitio.
Como nosotros,
como las miradas, las caricias,
como el resto del mundo alrededor,
sorprendido, tosco, violento...
Envidioso.
Tuviste miedo, frío...prisa.
Pero no me engañas,
mañana Dios no dirá nada.
Mañana, seguirá el mundo,
-ése, ése tosco, violento...-
Y tú, amor, y tú.
Pero yo...
Yo estaré en este otoño de mayo,
rencoroso, severo, hostil, desconfiado ya de todo.
No vivo, no saludable.
Esperando la hueca losa del sosiego,
el silencio infinito y oscuro...
Mi muerte, que me tiene que aprovechar...
y a ti, amor, y a ti.
2 comentarios:
uff!
Creo que siempre he leído poemas,relatos.....escritos tuyos muy tristes.....pero de nuevo toca felicitarle por lo profundo y reflexivo de todos ellos.....
Publicar un comentario