Eduardo Martínez
Tenía que contarte...
Que
apenas me acuerdo de ti...
pero
te echo tanto de menos...
Que
no te necesito,
aunque
fueras unas Navidades perpetuas.
Que
soy tan feliz...
pero
tengo una lágrima perenne en la garganta.
Tenía
que decirte...
Que
cada ver conozco más gente...
pero
que ya no me estremezco con caricias azules.
Que
disfruto de la vida...
pero
que tengo el alma llena de furias y tristezas.
Que
tenías razón,
que
las lágrimas, caen aunque uno no quiera.
Que
a pesar de la primavera,
sólo
recuerdo tu olor rosado.
Tenía
que confesarte...
Que
no puedo parar el tiempo,
voraz
y desobediente segundero.
Que
soy el que ya comienza a no existir...
que
mueren mis ojos frente al espejo.
Tenía
que preguntarte...
¿Para
qué la voz?
¿Para
qué los ojos?
¿Para
qué este corazón desmesurado?
6 comentarios:
creo que tod@s nos hemos sentido asi alguna vez.....gracias por plasmarlo en letras
precioso como todo lo que escribes
Eduardo tiene una gran capacidad para expresar el sufrimiento del desamor, de la ausencia.
Sentimientos y sensibilidad en estado puro ,felicidades por encontrar la palabra justa
Gracias a todos por vuestros comentarios. Es para todos muy gratificante que lo hagáis.
con esta poesía ya me quedo k.o. por unos cuántos días, quizá me haya visto identificada en ella... mi dosis de tristeza en sangre ha sido ampliamente superada sr. boxeador...
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