Rosa Hoyos
Como acostumbraba cada noche, la mamá de Pelayo antes de
dormír, le contaba un cuanto a a su niño,
quién se había acostumbrado a escucharla
con mucha atención, a la vez que le producía un gran placer le estimulaba su imaginación y le hacía soñar.
En esta ocasión improvisó la
siguiente historia:
Hacia el mediodía de un caluroso
día de verano se encontraba Natan tomando
un gratificante baño en una playa de la costa Cantábrica vigilado por su madre,
quién al mismo tiempo, disfrutaba contemplando la belleza del entorno y de los
progresos de su hijo en el deporte de la
natación, que con cierta asiduidad, practicaba con entusiasmo. En los días
menos soleados, ambos compartían también el arte de la pesca a la vez que se
entretenían; al finál llevaban siempre algún pez a su mesa, pues sus recursos no eran precisamente abundantes.
Estaba Natan nadando felizmente y en un momento determinado se separó de la
orilla un poco más de lo habitual y al poco tiempo, vió con sorpresa, que un
hermoso delfín estaba nadando a su lado dando saltos y volteretas para llamar
su atención.
- ¿Quieres jugar conmigo? - dijo el Delfín.
El niño sorprendido, pero a la vez entusiasmado con la idea, le dijo - Sí, pero
- ¡Por favor no me hagas daño.Eres tan grande! – añadió.
-No te preocupes, quiero ser tu amigo – contestó el pez. ¡Me aburro
mucho sólo!
-¿Te gustaría dar un un paseo
sobre mi espalda? Yo te mostraré las bellezas del mar pues vivo en él y te
podría sorprender con cosas maravillosas que nunca habías soñado existiesen.
-Sí – dijo el niño y sin pensarlo
más se subió encima del delfín y agarrándose
con fuerza a sus aletas para no perder el equilibrio inició la aventura.
A la vez que iban contemplando el
extraorodinario paisaje que ofrecían los acantilados desde el mar, nuestros dos
amigos iniciaron una charla para conocerse un poco más, pues les parecía
existía una buena sintonía entre ellos y de este modo la pequeña excursión
sería aún más gratificante.
_ ¿De donde eres? - preguntó el
delfín .
_ Mis papás y yo, partimos de
Senegal, en un barquito muy pequeño con otros amigos. Era un viaje para conocer
otros lugares donde decían se vivía muy bién, y allí encontraríamos muchas
cosas que en nuestro país no había: casa,
comida, escuela, trabajo, coches y muchos muchos juguetes ¡eran países ricos! y
además, mis papás querían ver el lugar donde otros amigos suyos vivían y se sentían muy felices por su abundancia.
-Pero… – dijo el niño con
tristeza. - Mi padre no pudo llegar,
hubo una tempestad y falleció en el viaje.
Desde entonces mi madre y yo vivimos solos… Yo no le recuerdo pero ella no
le olvida y todos los días me habla de él. A veces la siento llorar en
silencio.
-¿Te acuerdas de Senegal? –
Añadió el delfín.
No, - contestó Natan. Yo era muy
pequeño; Sólo tenía 2 años cuando marchamos y
ahora tengo 8. Muchas noches
sueño con poder regresar para conocer la aldea donde nací. Mi mamá me habla mucho de ella y me cuenta muchas cosas de aquel
lugar. Dice que está situada en un sitio maravilloso, cerca de San Luís con
hermosas playas, bosques y muchas clase
de animales de toda especie. Es allí donde aún viven nuestros abuelos, muchísimos parientes
y algunos amigos que sueñan en venír
algún día a vernos. Mamá les dice que esperen pues ¡tampoco es todo tan
maravilloso aquí!... A veces piensa en que ¡tal vez deberíamos retornar nosotros !... Yo, estoy
muy contento aquí pues voy a la escuela y tengo amigos de todos los colores: blancos, chinos, árabes y negros como yo. Nos enseñan muchas cosas , tenemos muchos
juguetes y de vez en cuando nos llevan de excursión al campo, playa y algunos
pueblecitos del entorno.
-¿Te gustaría hacer una excursión
a Senegal? – sugirió el delfín. Podría
llevarte, yo nado muy deprisa y llegaríamos pronto.
-Ya lo creo ,asintió, pero – ¡mi mamá se preocupará mucho si no me
ve!.
- No tengas miedo, -yo soy mago y haré se duerma durante nuestro
viaje y no se alarme. Esta excursión es
como un sueño iremos y volveremos en muy
poco tiempo pero podrás ver las costas de tu país de origen y admirar su
belleza .Yo conozco todos los mares y la costa de Senegal es una de las
más hermosas.
El delfín aceleró su marcha y con
mucho cariño le iba mostrando al niño los diferentes lugares por los que
pasaban, los peces que encontraban y toda suerte de detalles relacionado con el
medio marino.
No se supo el tiempo que tardaron
en llegar a la Costa de Senegal, pero ¡Qué maravilla! Natan no había podido
imaginar nunca tanta belleza: el agua del mar unas veces parecía azul, otras se
tornaba a verde y veía playas inmensas con arenas preciosas a lo largo de la
costa. De vez en cuando se vislumbraban pequeñas barcas pescando e iban apareciendo pequeños pueblecitos, un tanto ocultos entre
palmeras y otros árboles enormes. Otras veces eran poblados de cabañas redondas
con muchos niños jugando felices a su alrededor
entre gallinas, patos y otros animalitos que no acertaba a diferenciar por la
distancia.
Con la misma rapidez que fueron,
retornaron a la playa de origen y desde la orilla pudo ver a su madre tan
relajada y tranquila como la había dejado ¡Había sido realmente un milagro!..
–pensó. ¡El tiempo se había detenido durante el viaje!...
El niño agradecidísimo le dio un
fuerte abrazo a su amigo el delfín y éste le prometió, que cuando le volviese a
ver en la playa harían nuevas excursiones,
ya que había disfrutado mucho de su compañía, y una vez se
hubo bajado de su espalda, su amigo de viaje le dejó a la orilla de la playa, desapareciendo aguas
adentro. Natan movía sus brazos para
despedirle y, un tanto perplejo y desorientado pensaba si era sueño o realidad
la aventura vivida…..
Cuando llegó donde estaba su
mamá sólo pudo decirle : -¡ Mamá quiero
volver a Senegal!..
Su mamá lo miró un tanto sorprendida
y con un gesto ensimismado le respondió:
- “Volveremos hijo volveremos y tal vez
pronto” y continuó dormitando al arrullo del mar y las olas.
Al terminar de contar el cuento, Pelayo ya se había dormido
plácidamente y su mamá contenta y relajada, tras darle darle un beso se dirigió a su habitación para
hacer lo mismo y descansar de su diaria labor que era larga y dura.
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