Lucía Pravia
Tratando de sacar
del armario mi abrigo favorito, por primera vez en este invierno, se enganchó
de manera que no salía. Por muchos malabares que intenté, el abrigo no tenía
intención de salir del armario por las buenas. Así que por las malas tocaba.
Peleé con el abrigo, la percha de la que colgaba, otra percha con una chaqueta
de entretiempo, y fue tal el lío que armé que se rompió una percha. Uno de los
pedazos salió volando hasta la bombilla, que, como no podía ser de otra manera,
se rompió sin darme tiempo a cubrirme. Total, que no me esperéis para el café,
estoy en urgencias, con el abrigo en cuestión, a ver si me quitan el pedazo de
cristal que me saltó al ojo izquierdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario