Lucía Pravia
Sentado frente a la hoja en blanco,
esta vez no le tenía miedo. Sabía lo que quería dibujar. Había soñado que
buceaba con una sirena, y pretendía copiarla tal y como la recordaba.
Cuando dibujó su cola pensó: “¿por
dónde se supone que hacen sus necesidades estas criaturas?”. No se preocupó
demasiado en hallar la respuesta, simplemente dejó que su lápiz terminara de
ponerle las escamas. Luego la miró, pensó que los pechos los había dibujado
perfectos, pero quizá en la clase del colegio podía dañar sensibilidades.
Empezó a dibujar otra exactamente
igual pero con unas hojas de arce japonés cubriendo sus hermosos atributos
femeninos. Éste lo coloreó y le quedó perfecto para mostrárselo al profesor de
dibujo, el primero decidió quedárselo para volver a bucear con la sirena,
aunque fuese sólo en su imaginación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario