Eduardo Martínez
Me perdono…
Me perdono…
Sucede entonces, que me doy vuelta hacia dentro, dócil ya como un cuerpo
Y cuando vuelvo a salir de mi interior, lo veo todo como desde
haber nacido para vivir un luto tras otro.
Me perdono…
no desear la realidad abrumadora, sórdida…
Insensible ya a todo, de tanto sentir.
tener solo recuerdos grises, opacos y tristes
como una lluvia de octubre.
disfrutado –algo triste, algo caído-…y veo un corazón roto, azotado por las
desgracias… azabache, como mi futuro entre las sombras.
detrás de una cortina, tímido, asustadizo, temeroso del exterior violento, entregado a
mis adioses infinitos, como un soldado sin ira, deshabitado ya de todo, -hondo fracaso
de todo también- incómodo e indiferente...
Vu elta a la realidad; por eso ahora, que hasta el viento me
amenaza con mi ausencia... me perdono la vida a diario.
1 comentario:
Quizás deberías perdonártela de
verdad y vivir con alguna sonrisa
aunque sea solo para ti y no tuya.
Publicar un comentario