Eduardo Martínez
El llanto me estropea los ojos;
instalada en ellos, una suave
tristeza.
Perdido –aún- sin que nadie me busque.
Silencioso, una piedra con alma.
-¿con alma?-
Olor a final… transido de recuerdos.
-¿cómo besaban tus labios?-.
Qué cansado es vivir; pero al final, hay premio…
Y en el otoño bajo tierra, espero no haya arrepentimiento de
nadie…
Mentiras.
Alzo la mirada, y apenas felicidad. Inconsistente, fugaz,
casi enemiga…
Esperar, y más mentiras.
Mentira que suene a verdad, para oír lo que nunca tuve… ni
tendré.
Engaños, mentiras…
Las lágrimas me ahuecan los ojos;
viviendo en ellos, una incontenible tristeza...
4 comentarios:
Cuando te leo, te entrego mi alma aunque me la devuelves hecha pedazos
Es lo que tiene escribir desde dentro, con un interior tan fuerte como el de Eduardo, que te convierte en parte de su poesía. Muchas gracias X tu comentario Carmen
Es lo que tiene escribir desde dentro, con un interior tan fuerte como el de Eduardo, que te convierte en parte de su poesía. Muchas gracias X tu comentario Carmen
Es lo que tiene escribir desde dentro, con un interior tan fuerte como el de Eduardo, que te convierte en parte de su poesía. Muchas gracias X tu comentario Carmen
Publicar un comentario