Eduardo Martínez
NAVIDAD
Me tiro sobre el calendario, intento saltar días.
Tormento asfixiante, sentirse como un perro abandonado.
Como una viuda junto a la última lápida del
cementerio.
¿Dónde está mi sonrisa eterna, mis ojos infinitos?
¿Nadie los ve ya?
¿De dónde viene ese olor rancio, a hospital de
caridad, a posguerra?
Grito para los que están abandonados.
Pero la tristeza me parte la voz.
¿Dónde estaré mañana? Huidizo, como el aire frío en
verano.
-¡Abre, son solo las sombras!
Feliz Navidad.
1 comentario:
Ufff matador es usted matador poeta,mientras mas te leo mas me atrapa y seduce tu mente, que peligroso y adictivo te has vuelto .
Publicar un comentario