Eduardo Martínez
Miedo…
A la voz y al silencio.
A manos que no tapan gritos. Visionario Munch.
A las voces que siguen ocultando el atronador vacío
sonoro.
Interior, exterior…
¿Por qué sufro?
Miedo…
A la libertad de la soledad.
A la lluvia de un domingo por la tarde.
A una llamada nocturna…
Al continuo cielo plomizo que cae sobre
mi alma atormentada.
Al recuerdo desprovisto de bondad,
a la felicidad que lucha contra mí…
Miedo…
Al lejano recuerdo de la tranquilidad premonitoria
de la desgracia, de la lápida amenazante y próxima,
paciente, conocedora de su victoria siempre, por fin.
Al recuerdo de los ausentes,
a la intolerable lucidez.
Y
en este otoño último, postrero de la vida nunca acabada ni
disfrutada del todo,
añoro el desprecio del tiempo ya perdido,
para verme lejos de escribir con este ánimo incierto y
fallecido.
2 comentarios:
Puede que se ria ,señor poeta pero tienes algo maravilloso ,das vida a las palabras ,parece que las toques con una barita mágica y cada una de ellas corren a ponerse en ese lugar elegido por ti ,esas palabras entran por los ojos y atraviesan hasta lograr besar el alma
Bonita descripción de la poesía Deeduardo. Gracias X tu comentario
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